Gianni Chiodetti, apoyado por el confronte continuo y la evaluación constante con técnicos del sector, se ocupa de elegir enzimas y fermentos, de componerlos en mezclas nuevas, para obtener el efecto óptimo y crear nuevos tipos de quesos. La producción refleja la firme convicción de que la tradición es un valioso bagaje de conocimiento que se debe utilizar para construir nuevas metas. Los productos hechos por ‘Formaggi Chiodetti’ se encuentran en tiendas calificadas en el centro de Italia. Son seleccionados por la Gran Distribución Organizada como productos típicos de la ‘Tuscia viterbese’(en la provincia de Viterbo, lugar que se sitúa en el noroeste de Roma, en la región llamada Lazio). De hecho es importante señalar que los productos Chiodetti son tan apreciados que están en los menús de grandes chefs en prestigiosos restaurantes.
Los Chiodetti son descendientes de pastores de la región llamada Abruzzo(Italia meridional), que llevaban las ovejas en trashumancia por la Tuscia viterbese. Aquí finalmente se establecieron dedicándose a la ganadería, a la agricultura y a la actividad de una pequeña quesería. La venta del producto se realizaba en la empresa o en los mercadillos semanales de la zona. A finales de los años 90 Gianni Chiodetti tomó la dirección de la producción experimentando, ampliando la gama de los géneros lácteos y dando lustre y bienquisto a sus productos.
Desde hace algunos años la empresa ‘Formaggi Chiodetti’ ha optado por hacer madurar sus quesos en nuestras rejillas apilables con excelentes resultados, tanto en lo que se refiere al producto final como a la higiene y la desinfección de las cámaras de curado.
Las ventajas de este tipo de curación son el menor número de volteos de las formas, la menor formación de mohos, la facilidad de limpieza e higienización de la rejilla y la manejabilidad de los desplazamientos de las rejillas en paletas específicas siempre suministrados por IFT.
Chiodetti transforma cada día unos 6 mil litros de leche, de oveja y de vaca. Leche fresca de recogida, a kilómetro cero, procedente de la ‘Tuscia Viterbese’. Cada mes salen del taller de producción, donde trabajan diez empleados, unas 7 mil formas de diverso tamaño y diferente maduración. Una producción típica influenciada por el territorio, inspirada a la tradición, pero, al mismo tiempo, original, fruto de investigación y experimentación.
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